El sol se ponía en la tarde fría de la ciudad de Trinidad. Desde lejos habían llegado llenos de ilusión Ferro Carril de Salto y Lavalleja de Rocha. La entrada de los equipos a la cancha sobre las 15 horas, la “orejona” que esperaba por nuevo dueño y contemplaba el ingreso de las oncenas. La copa parecía hacerle un giño a los que comandaba José María Di Nápoli, pero faltaba mucho.
Los 120’ de la disputa del fútbol y la tanda de siete penales por equipo, evidenciaban que todo era muy parejo, más de lo soportable por los simpatizantes de ambos clubes, sobre todo cuando ya sabían que el título se definía desde los once pasos. Diego Burgos parecía encaminar a los suyos con dos penales atajados con su sello y eficacia; a los pocos instantes todo se diluía cuando Lemos detiene otros dos, ilusionando ahora a Lavalleja.
Féola dispara alto en el séptimo, ya cuando era a matar o morir...Tras el estallido de la parcialidad carbonera, el estadio se enmudece…los jugadores se miran, la responsabilidad es asumida por Sebastián Silveira. Todos se hace muy lento, el arquero rival busca incomodarlo, el juez alarga la agonía. El volante cierra los ojos, los abre, y el sueño se hizo realidad. La pelota besa la red y el grito desaforado no tendría fin. Por sus venas corre sangre ferrocarrilera, esa que no faltó a lo largo de las quince batallas anteriores en todos y cada uno de sus compañeros.
El destino lo quiso así, fue para Ferro como también pudo ser para Lavalleja. Cuestión de segundos, centímetros, pulsaciones y también de sentimiento.
Ferro logró su segunda Copa de Clubes, la que tuvo mucho de hazaña, de milagro, de no resignarse. Tuvo de grupo, tuvo de levantarse de las malas y de trabajar más duro después de las buenas.
Lo que no tiene dos lecturas es el proceso de éste Ferro Carril ganador y copero. Son años de una filosofía bien aprendida, de una conducción prolija, de una dirección técnica tan arraigada como innovadora.
Rivas y su gente tienen el sello, el molde. Saben como lograrlo, cuales son los caminos válidos, aquellos que llevan al éxito, a los títulos y a las alegrías.
Es Ferro y es Salto. Es en la Zona Este, allí cerca de los talleres del ferrocarril donde nació, allá por el año 1912. Es hoy, que llenos de emociones, se abrazan aquellos laboriosos fundadores con estos jugadores que dejaron todo por más gloria.
¡¡¡Salud bicampeones del interior!!! Autor: Juan Pablo Herrmann para Diario Cambio de Salto.
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EL AUTOR ES UN FEROCARRILERO DE LEY COMO TANTOS QUE ESTAN DISEMINADOS POR TODO EL SALTO PORQUE MIRE QUE NO SOLO EN LA ZONA ESTE HAY HINCHAS DE FCFC , ESTAN EN SALTO NUEVO , EN EL CERRO , EN EL BARRIO ARTIGAS , EN TODOS LADOS LOS HAY ,SOMOS LA MITAD MAS UN MONTON JAJAJAJAJA
ResponderEliminaradm buen dia estoy leyendo la nota que salio en ovacion y esta muy buena pasala para la paguina , desde ya muchas gracias y como le fue en el examen . un abrazo a la distancia
ResponderEliminarYa subimos la nota de Ovación!
ResponderEliminarEs cierto el título, este Ferro Carril es el de los milagros, la remontada de San José quedará para la historia como la hazaña del campeón, o bien, el Ferro quedará como el campeón de la hazaña.
GIEFI nos informó que ha habido remontadas espectaculares, pero tantos goles seguidos no. Incluso en esas remontadas el equipo que las realizó nunca terminó siendo el Campeón de OFI.
Actualizamos la nota con las estadísticas de GIEFI, ningún otro cuadro que haya realizado una remontada como la de San José logró luego ser campeón, sólo mi querido Ferro!!
ResponderEliminarjajaja como se dice generalmente rompimos todos los moldes jajaja que grandes que sos fcfc el campeonato de la hazaña del campeon arriba el fc para todo el mundo y para los contras tambien
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