"Che, Ruben, ¿por qué no me soltás un poco?" Imperdible charla de Ruben Barbieri con Ruben Grassi

Me acuerdo de ir siempre a la carnicería del Rubén, su comercio estaba a la vuelta de la casa de mis padres en calle Diego Lamas a la altura del 27, casi avenida Rodó y en la esquina estaba la tienda del Chilo Lapachet.

Siempre había gente hablando de fútbol y a mí lo que me llamaba la atención era un cuadro con una caricatura del Rubén que estaba colgado en la pared de la carnicería, entrando a mano derecha encima de un mesita donde siempre había algún diario: El Rubén tenía la pelota atada a su zapato y esta le decía "CHE RUBEN PORQUE NO ME SOLTAS UN POCO".

Como para olvidarme de esas cosas, yo llegaba de la escuela Nª 8 y mi madre me mandaba a la carnicería, entraba y el Rubén me decía: "¿qué hace tu padre el Puñalada, anda piloteando alguna vaporera?"

La idea de tener una charla con el Rubén fue de mi amigo Daniel Elola, me dijo: vos que lo conoceé porque no le haces una entrevista para Un Paseo por la Franja.

Enseguida me entusiasmé y me conecté con su hermano el Bocha Grassi y sus sobrinos Héctor Núñez y Ana Grassi con quienes tengo una amistad de toda la vida y les pedí que me acompañaran para así hacer más amena la conversación.

También quiero agradecerle a José Omar “La Mona” Volpi, mi técnico de la cuarta y amigo de mi padre, quien me ayudó y siempre lo estoy consultando por algo de Ferro gracias a su prodigiosa memoria.

Fue sin duda una gran satisfacción como ferrocarrilero tener esta conversación con el Rubén y su hermano el Bocha, quedaron muy contentos cuando les dije que era para armar un comentario en la página de Ferro: Un Paseo por la Franja.

También me proporcionaron fotos y diarios de la época y un álbum con goles y campeonatos ganados por Ferro.

RUBEN GRASSI es una referencia indiscutible del fútbol salteño, se convirtió en uno de los grandes protagonistas de su época futbolística gracias a su capacidad ofensiva, su elegancia y su eficacia en las redes contrarias, tanto con la selección salteña como en el gran Ferro Carril.

Yo hacía como veinte años que no lo veía, entramos a su casa, me miró y me dijo "¿Qué haces puñalada chico?", el tipo estaba mirando Peñarol-Danubio muy bien acomodado en su nueva casa de calle Agraciada casi Blandengues.

"EL RUBEN" como le llamamos cariñosamente en Ferro, pausado, sonriente y con excelente memoria nos cuenta con satisfacción sus anécdotas, pero sin nostalgia aparente y orgulloso de ser ferrocarrilero.

El Bocha sentado al lado mío escucha, se ríe y asiente con la cabeza las picardías futbolísticas que cuenta su hermano.

“Sólo pensaba en jugar al fútbol y queríamos ganar todos los títulos posibles. Nos debíamos a los aficionados que pagaban la entrada y salíamos a los partidos a dar todo para que ellos estuvieran contentos. Tuve la suerte de jugar al lado de compañeros excepcionales a nivel humano y futbolístico.

Siempre jugué al máximo y soy consciente de que el hincha de Ferro exige lo máximo, por eso hay que estar preparado para responder adecuadamente.

Me acuerdo que una vez cuando debuté en Primera un periodista me preguntó si tenía miedo al fracaso, como le había sucedido a otros jugadores que habían salido de las inferiores para jugar en Primera, no tengo miedo le contesté, para eso estamos aquí, es lo que elegí, es lo que me gusta, siempre quiero estar a la altura de las circunstancias.

Si un arquitecto hace un edificio y no tiene miedo de que se caiga, si un electricista no le tiene miedo a la corriente eléctrica, como yo iba a tener miedo de patear una pelota. En cuanto me adapte y aprenda todo será más fácil le dije.

Lo único que quiero es jugar al fútbol a lado de todos estos futbolistas maravillosos. Esa es mi pasión, no pretendo ser una estrella, sino estar en un grupo de grandes jugadores. Por lo general jugaba de puntero izquierdo o entre ala izquierdo y después me volcaba más de punta por el medio.

Me sentía importante para el equipo y jugaba por donde el técnico me indicaba, siempre fui muy respetuoso de las indicaciones de los técnicos.

Hoy el futbol se llenó de palabras raras como volante, ventilador, enganche, carrilero, doble 5, doble punta, estoper, 4 - 3 – 3, 4 - 2 – 4, 3 – 4 – 3 y no sé cuantas cosas más, yo digo que el fútbol es mucho más sencillo, cada jugador tiene que hacer la jugada que se le presenta en ese momento, si la pelota la tiene el contrario hay que tomar una marca y si la tenemos nosotros hay que desmarcarse, es así de simple y es así de sencillo, todo lo demás es cuento chino.

Para ser un gran jugador hay que demostrarlo todos los domingos." 

Fue un futbolista diferente, entrenaba duro y tenía una gran inteligencia para el fútbol, además era muy tranquilo, jugaba como una bailarina, la forma de correr, cómo controlaba la pelota, cómo la pasaba, como jugaba sin la pelota, sus escapadas por la raya a gran velocidad y dejando rivales por el camino eran fantásticas.

Fue uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos en Salto, si no el mejor, para mí fue un futbolista increíble.

RUBEN JUAN GRASSI GALLIAZZI nació el 27 de enero de 1929.

Desde chico jugaba en la cancha Santa Rosa con una pelota de trapo, en la cuarta arrancó con 13 años, en un partido jugó enyesado de un brazo.

Sus compañeros que más se acuerda son Gómez, el Petiso Albano y el Leche Díaz. Sintió desde la niñez atracción por Ferro Carril, al regreso de la escuela Nª 8 miraba las practicas de los crack en la cancha Santa Rosa, los Volpi, Cluzet, Antonio Chacón, los Gallinotti, Horacio y Andrino Galeano, Rinderknecht.

En 1944 debutó en la Cuarta a pedido de los dirigentes y en contra de sus padres.

"Jugué dos años seguidos en dicha categoría con mis dos hermanos menores y fuimos campeones en dos temporadas y alterné mi actuación con algunos partidos en la Reserva.

Debuté en Primera con 15 años en 1946 en la cancha de Salto Uruguay como puntero izquierdo, triunfamos 2 a 1 y mi actuación fue bastante buena, pese a que en la mañana había participado en dos encuentros de Reserva y Cuarta.

En 1947 fui titular del primer equipo y del seleccionado, desde ese entonces salvo impedimentos jugué todos los partidos de mi equipo y del seleccionado hasta retirarme.

En el litoral de 1949 Gileon Silva, que había sido designado para elegir jugadores para la preselección mundial, me eligió pero al igual que otros no fui llamado a practicar y en 1950 Antonio Pinto me llevó a Nacional de Montevideo, mi desempeño agradó pero no llegué a ingresar a dicha entidad por no satisfacerme las condiciones que me ofrecían y además extrañaba Salto, a mi gente y a Ferro.

Jugué un partido solo, me pagaron noventa pesos, me compré un traje de cincuenta y me volví a Salto y le regalé a la vieja los cuarenta que me sobraron.

La mayor satisfacción de mi vida fue un partido con Almagro donde actuando con 10 hombres perdíamos 2 a 0 y ganamos 6 a 2 con 6 goles míos.

Cuatro veces hice 6 goles en un partido, 3 en partidos oficiales, con Almagro 6 a 3, con Salto Uruguay 8 a 1 y con Saladero 8 a 2 y en un campeonato amistoso en la cancha Santa Rosa, donde era a dos series y de Ferro se inscribieron dos cuadros, uno en cada serie y ambos llegaron a la final, donde marque 6 goles ganando 6 a 1, después de ir perdiendo 1 a 0. (a esta anécdota ya la contamos aquí, en este link: Nota "Fue lo peor que pude hacer")

Con Almagro Ferro perdía 2 a 1 el primer tiempo, empezó el segundo y empaté de tiro penal, Coco Verocay se lastimó una ceja en un cabezazo y fue al hospital, lo curaron y volvió y siguió jugando, el arquero era Gallarreta que le hicieron un gol del medio de la cancha, fue el 3 a 2 y después hice 3 mas y termino 6 a 3."

El sexto gol dice el Bocha que el Rubén la agarró en el banderín del córner y se fue dribleando hasta el primer palo, el arquero le cerró el arco y el Rubén amago el pase al medio para el Petiso Albano y el arquero se abrió y el Rubén la metió entre el palo y la pierna del arquero. Peñarol de Montevideo vino enseguida del mundial del 50, con Maspoli, Obdulio Varela, Lorenzo y Posamay, Rodríguez Andrade, Eylin y Pipo, el seleccionado salteño jugó con Riolfo, Dago Méndez y Cáceres, Bocha Grassi, Beraza, Horacio Galeano, Rubén Grassi, Sarfino, Ortiz y Bruno.

El sábado de noche le ganó a Salto Uruguay y el domingo Salto le empató, Salto fue ganando todo el partido con gol del Rubén y Peñarol empato sobre la hora.

De preliminar jugaron la Escuela N8 contra la Escuela del Cerro, en la 8 jugaban Clibe Pérez, Maño Ruiz y Barcos era el director técnico que vivía frente a la cancha Santa Rosa, pegado a la herrería del Coco Parodi.

El gol fue una jugada que le meten un pase al Rubén por el medio del área, este se cortó solo y Máspoli le salió y le tapó el arco, era un arquero enorme, corpulento, entonces el Rubén le amago y Máspoli se agazapo y abrió las piernas y el Rubén se la punteó por entre las piernas.

¡¡¡¡Sí señores, el Ruben le hizo un gol entre las piernas a Máspoli!!!

En un partido con Nacional estaban 0 a 0 y Ferro tenía una jugada ensayada donde tiraban el centro y el Rubén en vez de cabecear al arco la bajaba de cabeza para los que entraban de atrás, dice Rubén que Ferro hizo varias veces esta jugada y el arquero un tal Tarabini la atajaba y después mostraba la pelota en sus manos, era un gran arquero pero medio sobrador el hombre, hasta que tanto va el cántaro al agua, viene un centro y el Rubén salta de espaldas al arco como para cabecearla nuevamente hacia afuera del área para los que entraban y la cabecea de nuca hacia atrás, la pelota le cruzo al lado de la nariz del golero contra el primer palo, cuando este se dio cuenta la pelota estaba adentro del arco, fue un golazo y Ferro gano 1 a 0.

Jugó hasta los 43 años al futbol, tiene 9 salteños con Ferro Carril y 2 Litorales con la Selección.

Dice el Ruben que River Plate era en aquel entonces el cuadro más bravo para enfrentar.

Nos estamos yendo y el Rubén nos acompaña hasta la puerta y nos vuelve a decir que se siente orgulloso de ser ferrocarrilero, que está muy contento que se acuerden de él, que siempre está a la orden para todo lo que sea de FERROCARRIL y que no le aflojen que se viene la estación 41.

Autor: Ruben Barbieri